.:: Nada es para siempre * ::.

miércoles, 25 de noviembre de 2009 | | | |
Al contrario de lo que hoy cree la mayoría, el orden defendido contra nosotros, iconoclastas impenitentes, con tanta profusión de leyes restrictivas de la libertad y tanta policía, es precisamente el caos legalizado, la confusión reglamentada, la iniquidad codificada, el desorden económico, político, intelectual y moral, erigido en sistema.
Gori


BUENO, AQUÍ ESTOY, en la encrucijada de los años, con la tentación a flor de labios de repetir: todo tiempo pasado fue mejor. La edad, lo inevitable. La madurez, una senda escabrosa que no a todos es accesible. Ahora bien, dice el maestro, ¿de qué madurez hablás? Sí, con vós, ni el tú que no usamos, ni el usted distante y neutro. Bueno, la madurez que me interesa: la comprensión de algunos signos básicos de la realidad, de la vida verdadera y no soñada. Por ejemplo, la madurez como comprensión de: nada es para siempre.

Es fácil decirlo, es fácil repetirlo, nada es para siempre, pero, no es fácil comprenderlo en toda su dimensión. Creo que, solo el ver la muerte de cerca, es decir, verla en personas a las que amas o amaste, te permite una comprensión real de esa frase. Lo demás es frívola repetición de una frase oída, o el título de una película o una canción. Bueno, esa madurez me interesa, no la ancianidad inevitable, ni las canas, ni las arrugas, ni los demás signos externos del paso de los años. Es más, creo que mi vida emocional se detuvo en un infantilismo que nunca maduró, como diría el psicoanálisis. Viejo con alma de niño. Lo que para mí no es grave, ni resulta una carencia, sigo creyendo ingenuamente en la gente, en la bondad de la gente, en la sinceridad de las mujeres y de las personas que se dicen amigas. No me arrepiento, a pesar de los golpes y las caídas, a pesar de las trampas que me han mostrado lo peor del ser humano. Incluso en familiares y en personas cercanas. Me consuelo con el poeta Paz: familias, criaderos de alacranes… Madurez, comprender que no puedo separar mi vida personal de mis concepciones políticas, o más bien, antipolíticas. Es que, conforme pasan los años, más asco me da la política, la búsqueda del poder. La política es el arte de engañar a los pueblos, nada más, nada menos. Me enoja y me entristece, la ceguera de la gente, seguir creyendo en las “elecciones”. Por favor, ¿por qué se engañan?, ¿cuál elección?, si ya todo está elegido por quienes controlan el poder. El poder, por su propia naturaleza, no se expone a ser discutido en unas elecciones. Volvamos a la anécdota de la rana y el escorpión, cuando el escorpión le inyecta el veneno a la rana, la justificación: está en su naturaleza. Una vez, un señor muy tico, palmareño, mujeriego y bebedor, llegó a la presidencia de este territorio. Allí estuvo por cuatro años, en medio de diversos conflictos sociales. En un momento de “su” gobierno, el personaje recibió en casa presidencial a un grupo de sindicalistas. Ah, se me olvidaba, el susodicho en su juventud había estado involucrado en actividades sindicales (de corte colaboracionista, pero sindicales al fin). Bueno, allí recibió a sus “antiguos compañeros sindicalistas”. Lo único serio que atinó a decirles, para rechazarles todas sus peticiones, era que tenía las manos atadas. En un arranque de sinceridad, les dijo que la presidencia era simplemente activar el piloto automático, porque lo viable y posible ya estaba pre-determinado. En su época, como en todas otras, las órdenes estaban dadas por el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y más en concreto, la embajada de USA ahí en Pavas y el gran capital “nacional”, con su vocero tibaseño, La Nazión. Luego, viene la anécdota del policía de tránsito, que asustado al ver un mercedes benz, cruzar a gran velocidad la ciudad capital, brincándose todos los semáforos y altos, habidos y por haber, se puso a perseguirlo hasta alcanzarlo allí por La Sabana. El chofer del mercedes se baja y le dice, disculpe oficial, pero, vea el pasajero y le abre la puerta de atrás. Inconsciente por la borrachera el presidente de la república, desparramado en el asiento trasero. Lo llevaba para un sauna, luego a un restaurante para que se tomara un café negro bien cargado, porque en una hora tenía que hacer la declaración de la neutralidad perpetua. Neutralidad perpetua no, estupidez perenne la de este pueblo seguir yendo a las elecciones, de maje. Escojan nos dicen, vea la variedad de candidatos, desde la izquierda hasta la derecha, pasando por todo el centro. Y no hay opción, porque todos son los mismos, todos comprometidos en mantener el sistema, con parches o sin parches. Es lo mismo de los “moles”, un edificio enorme con una enorme “variedad” de negocios, pero en el fondo no hay opción, todos son lo mismo. La televisión por cable, lo mismo. Este sistema no nos ofrece alternativas reales, todas son ficticias, espejismos. Escojan le dicen a la gente, vean la variedad, pero, no hay variedad fuera de la oferta del sistema, todas son ofertas del sistema, hasta las camisetas con el Che, con Marcos, con Chávez, con Sandino, con Morrison o con una hoja de marigüana. Por eso al llegar al poder, ningún político cumple, solo llega al sillón presidencial, pone el piloto automático y a gozar de la erótica del poder, disfrutar del placer de gastar en vicios públicos y virtudes privadas, el dinero de los contribuyentes. Lo demás es cuento. Vean la campaña electoral, los vivillos y las vivillas, ahora se abstienen de hacer promesas concretas, porque saben lo mal que les iría. Ahora se dedican a lo abstracto, el cambio ya, la seguridad, el progreso, quinientos mil pobres ticos menos, la defensa del estado social de derecha (perdón, de derecho, que según dice el ilustre e ilustrado Walter Antillón, nunca existió), la continuidad. El mal ejemplo de Obama los asusta, un año después y no ha podido cerrar el horror de Guantánamo y ahora discute si envía más tropas genocidas a Afganistán. El tico y la tica, son como mi abuelo, se pasan los cuatro años de gobierno despotricando contra los políticos y al llegar el día de elecciones están haciendo fila: “porque es un deber patriótico” ¿Ah, sí? ¿Cómo no? Deber patriótico ir de baboso a escoger entre los mismos y las mismas de siempre. Algunos y algunas creen muy radical votar por el menos malo, cómo si lo hubiera. O votar contra el continuismo, como si los demás no fueran a hacer lo mismo. ¿Quién les dijo que el gobierno, el poder ejecutivo es el poder? ¿Qué la asamblea legislativa va a transformar la sociedad por decreto? Prefiero mi ingenuidad emocional a la imbecilidad patológica. El poder es una red que se teje más allá de los payasos y las payasas visibles, las que salen en los periódicos todos los días. El poder nos atrapa desde la niñez, a través de nuestras propias familias (unidad social construida a imagen y semejanza de la sociedad), de la escuela, de la televisión, de la religión, en un proceso de amaestramiento en la cual nos convertimos en nuestra propia policía, domesticados dijo otro expresidentes de este país. El poder no es el presidente, ni los diputados o diputadas, es más real en un almuerzo en el club unión, en el costa rica contry club, donde en realidad se toman las decisiones. Trágico en este sentido, el caso de Allende en Chile, creyendo que podía iniciar una verdadera transformación social desde el gobierno. Error que no comete la socialista Bachelet, que mejor se dedica a activar el piloto automático y así se evita cualquier pinochetazo sin Pinochet. Pero, no aprendemos, seguimos como el comentarista deportivo que hablando de la última derrota de la selección nacional de fútbol, dice, estamos mal, nos vimos peor, perdimos, pero, estamos con la selección en las buenas y en las malas, así que iremos con la selección hasta el cementerio (¿o hasta el centenario?, no entendí) Es decir, todos los políticos y las políticas nos han vacilado toda la vida, pero, tenemos que seguir votando. Ese es el mayor triunfo del poder, muestra plena de su funcionamiento y de su primacía. Y ustedes, que osan poner al desnudo la realidad, ¿qué son? Nada, fantasmas, idiotas que nunca proponen nada positivo, enemigos de todo, lesionados mentales, … Por supuesto, el poder nos dice que una sociedad organizada sin Estado es imposible, organización igual a poder y eso no se discute. Dice un célebre profeta del poder, los imbéciles anarquistas proponen el trueque en sustitución del mercado, imposible, solo gente muy estúpida puede proponer algo así. Otra celebridad dice, la democracia directa que predican solo existió en la Atenas esclavista, no veo como puede funcionar en el mundo global. Y esos profetas se dicen enemigos del neoliberalismo, pero, no encuentran nada con qué sustituir su maravilloso mercado, ni la democracia representativa. Esa es la trampa del poder, incluso te hace creer que sós de la oposición. Esos profetas se creen, se sueñan opositores, ocultando que son de la “oposición” que forma parte integral de las alternativas del poder. Los y las asustan los chicos y las chicas salvajes, con sus pelos parados, que amenazan con ponerle algo de acción a la procesión del primero de mayo, irrespetando los mandatos de los sumos sacerdotes. Como aquel famoso 8 de mayo, cuando ascendió al gobierno el Orejón, y los pontífices del no al tlc, nos llevaron allá por el ICE, para que no enturbiáramos la ceremonia en el extinto estadio nacional. Otra anécdota: allá en aquellos años (13 de setiembre de 1988), cuando el Orejón gobernó por primera vez, vino un grupo de cantantes a un concierto de derechos humanos en el mismo estadio nacional, organizado por amnistía internacional. Pos corrimos, pa’ ver a Sting, Tracy Chapman, Peter Gabriel, Bruce Springsteen y Youssou N'Dour, era una oportunidad única. Pues, como telonera, una tica muy tica, Guadalupe Urbina, en medio concierto, se le ocurre anunciar que en el estadio está el señor presidente de la república y para peor de males, que está cumpliendo años, entonces, que le cantemos el feliz cumpleaños, y todo el estadio nacional en una sola voz, cantó: Orejón, orejón, orejón. Bravo por los roqueros y las roqueras de aquellos años, ahí estuve yo, disfrazado de roquero, a pesar de ser un simple cañadulcero como me dijo una vez mi amigo Luis. Es triste que los años pasen en vano para la mayoría de la gente. Yo no me creo más ni mejor que nadie, pero, desde que abrí los ojos, creo que soy un despierto como soñaba el gran poeta turrialbeño Debravo. ¿Por qué dejarse engañar por los que tienen el poder? ¿Voy a seguir creyendo el cuento de que Hitler era un loco que odiaba a los judíos?, por favor. Hitler era un personaje austriaco medio descompensado por sus fracasos personales, nada más, o sea una persona común y corriente, pero, que fue elevado hasta la cima, donde se le dieron poderes demenciales para iniciar la guerra más sangrienta de la historia. Hitler solo fue un instrumento del gran capital financiero y su tarea principal fue destruir el movimiento social alemán (socialdemócratas, comunistas, anarquistas, homosexuales, mujeres libres, artistas), aunque también golpeó a los judíos, porque parte de su estratagema política era acusar a los judíos de ser responsables de la debacle económica de Alemania, pero, hasta ahí, lo realmente importante era detener la movilización autónoma del pueblo alemán que amenazaba el poder del capital. Cercana estaba la experiencia de la comuna de Berlín, con Rosa Luxemburgo a la cabeza (y era mujer como la Luisa Michel en la Comuna de París). Ese era el horror real de la burguesía alemana, no sus socios judíos. A los que apalearon y mataron fueron a los judíos pobres. Es triste, que el tiempo pase y que no aprendamos nada. ¿Puede haber alguien más bombeta que la Cristina Fernández de Kirchner? Ayer abrazada con Chávez (“enemigo” de Israel y socio comercial de Irán) hoy con Shimon Peres. Ese es el poder, es peor que el guaro, nos hace cometer peores estupideces y majaderías. Por dicha las mujeres de verdad, nunca se ponen el “de”, ni se mutilan el apellido para ponerse el del marido. Aquí, don Lauro Chinchilla nos dice que los hermanos Arias son una maravilla, y por eso, quiere continuar la obra de Dios, la opus dei. Mientras que los “enemigos del neoliberalismo” dicen que son la voz del pueblo, la voz de Dios, la vox dei. Y la libertad sigue de vacaciones. No al poder, no vote. Salud, las playas nos esperan el primer domingo de febrero, o es el segundo, qué importa, las olas siempre están ahí.

Cabo Velas, noviembre del 2009.

* por Jorge Castillo Arias


1 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Excelente!...un día leí en algún lado que "la madurez (mental) es el peine que nos llega cuando ya el pelo se nos cayó"...de 6 elecciones a que tuve acceso, voté las 3 primeras y esta última, forzado solo para tratar de evitar que el Orejón se coronara por segunda vez...me sentí tan mal por haberlo hecho (ir a votar) después de dos elecciones sin voto, que si no me colgué fue porque honestamente consideré obligatorio, en ese momento, luchar al menos contra "el peor de los casos" (TLC, aumento desigualdad social, etc.)...hoy más que nunca estoy convencido que el cambio de gobierno solo modifica un poco las cosas, pero no las resuelve..."YO NO VOTO", dice orgullosamente en el cobertor de la llanta de repuesto de mi "gajo", un montaje hechizo con la calca del NO al TLC y un trozo de papel impreso pegado con papel de emplasticar...¿cuál "deber" cívico?...¿qué me importa que me digan "nica"?...mi expectativa de las elecciones se reduce exclusivamente en que aumente el abstencionismo, a pesar de los "tatuajes" que reparte el TSE...¡ADELANTE!...

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